La Función
que hoy me compete como presentador de estos hombres, es a la sazón la misma
que tiene quien me la ha encargado: a saber el Centro de Estudios en Política,
Historia y Derechos Humanos Salta: esta función no es otra que ser Puerta, no
más que puerta, pero tampoco menos que eso. Y Su función es importante, en este
caso, en tanto apertura, pasividad de quien deja que lo que tenga que pasar
pase: no es en este caso división, sino invitación, al modo de aperitivo, pues
aperitivo viene del latin “aperio”, que significa abrir; por tanto rápidamente
vamos a hacernos de lado, sin llamar mucho la atención para que esta puerta no
sea estorbo ni demora, sino aperitivo que invite a la inteligencia a degustar
de su objeto propio: la verdad.
Esta es nuestra primordial tarea, no sin antes decir algo respecto a todo esto que va a suceder a continuación, así que permítame ser, aunque sea brevemente, como es mi intención, un buen presentador de esta suculenta mesa:
Esta es nuestra primordial tarea, no sin antes decir algo respecto a todo esto que va a suceder a continuación, así que permítame ser, aunque sea brevemente, como es mi intención, un buen presentador de esta suculenta mesa:
Tenemos
presentes entre nosotros a los sres. José D’Angelo y Luis Labraña, quienes nos
complacen son su visita. José Luis D'Angelo Rodríguez nacido en Mendoza en 1956 es militar y
periodista. Egresó del Colegio Militar de la Nación como Subteniente de infantería
en 1980 y en los años 1987 y 1988
participó en los episodios protagonizados por los denominados carapintadas, en
el año 1989, mientras era miembro de la Compañía de Comandos 601, asistió como
voluntario a defender el Regimiento de la Tablada que había sido atacado por
los guerrilleros del Movimiento Todos por la Patria. Hoy D’Angelo oficia de
periodista y profesor de periodismo, ha
dirigido diversas publicaciones acerca de los sangrientos años 70’s y ha
fundado una asociación que intenta conciliar a víctimas militares y
guerrilleras de la violencia desatada en esos años de fuego.
El sr. Luis
Labraña fue militante activo de las FAP, Fuerzas Armadas Peronistas, primero y
de la Agrupación Montoneros después, ambas organizaciones guerrilleras armadas
que perseguían el ideal de la patria socialista, fue durante muchos años un
exiliado en Europa donde también fue profesor universitario y hoy siendo
licenciado en lingüística se dedica a la docencia y sigue trabajando por la
patria, pero esta vez buscando la pacificación en la verdad. No se define un
“arrepentido” pues aun reconociendo errores cometidos en la juventud se sabe
convencido de lo que hacía, sin cargar en la conciencia con ser un entregador
de sus antiguos compañeros de armas.
Estos señores nos honran por su presencia en ocasión de presentar el reciente libro de José Luis D’Angelo, que valga decir: está dando mucho qué hablar. Es un libro polémico, sin embargo eso, y tal vez también un poco a causa de eso, el Centro de Estudios Salta ha querido presentarlo aquí, en la valiente Salta.
Es que es un libro que viene a poner sobre el tapete lo que muchos argentinos quieren saber: ¿qué es lo que realmente se está haciendo con la actual política de Derechos Humanos? Es un sentimiento cada vez más común este que ante cada acto en esa línea nos planta frente a una encrucijada en la que los pensamientos y sentimientos se vuelven ambiguos y encontrados, ¿es realmente todo esto un homenaje a las víctimas? ¿Todo esto es una tribuna dónde se predica la justicia para con las víctimas de tiempos tan convulsos o es más bien una especie de escenario burlesco, teatral, o circense dónde se saca provecho de aquellos que, convencidos, dieron su vida por un ideal? Bien lo plantea el sr. Luis Labraña, conocedor de primera mano de todo esto, podría enseñarnos no solo de los hechos, sino acerca de la manera de cómo leerlos: con la apertura intelectual de quien busca desinteresadamente la verdad, muestra de lo cual es su propia vida. Es ese precisamente el mérito que el sr. Labraña reconoce al sr. D’Angelo: el de la profundidad y la honestidad intelectual, y es un mérito que también nosotros queremos reconocerlo, a D’Angelo y a Labraña, creo personalmente, convicción religiosa aparte, y salvando las distancias que el sr. Labraña es un Agustín de Hipona de nuestro tiempo y nuestro espacio, de aquel que abreva incesantemente en diversas fuentes hasta que finalmente su corazón inquieto descansa en la verdad. Es un proceso, Luis, que esperamos tenga final feliz.
Profundidad y honestidad intelectual es lo que Luis reconoce en José, y también eso reconocemos nosotros: este es un tema muy delicado que hay que tratar con mucho respeto, no se puede abordar superficial ni tontamente, como quien toma un cristal valioso con manos toscas. José no solo demuestra en su obra que tiene el temple de hombre de bien, honesto y desinteresado, sino que además, es un hombre capaz, pues no basta con querer hacer el bien, además es preciso hacerlo, y hacerlo bien.
D’Angelo, y ya termino, ha dado muestra cabal de capacidad intelectual para leer con profundidad y generosidad de miras este tema tan escabroso, su trabajo no es solo acumulativo de datos, tiene además la intuición empática que se requiere en historia para amalgamar los datos sueltos, y en ocasiones ocultos… en las páginas de “Mentiras tus muertos” no solo hay honestidad, hay inteligencia, en sus páginas no solo hay recortes de noticias, en estas páginas desfilan Aristóteles, Tomás de Aquino, Agustín de Hipona, Hegel, Marx, Sun Tzu, Gramsci y Fukuyama, aunque no se los nombre siquiera una vez. Todos bien comprendidos y sintetizados en un libro periodístico e inteligente, al alcance de todo hombre, que como nuestro Luis Labraña tenga la capacidad para degustar una verdad que duele, pero que es preciso abordar, como es preciso que drene la sangre coagulada.
Verdad es lo que buscamos, sin pretendernos dueños de ella, sino más bien buscadores, pero sin intereses espúreos, es por eso que llamamos al diálogo, abrimos al dialogo, que más bien creemos se trata de una trilogía donde tres logos se encuentran: el tuyo, el mío, el de la cosa misma, mi inteligencia y la tuya confluyen en la verdad, siempre y cuando no tenga la voluntad de desviarla.
Muchos son los inconvenientes que se presentan en esta empresa. Lo saben muy bien quienes vinieron con tanta generosidad a visitarnos, MUCHOS SON LOS INCONVENIENTES, pero no venimos a traer la espada, como quien divide, venimos a traer, si me permiten la analogía, una cruz o una alianza que nos una. Otros fueron los tiempos de la espada, y en otros tiempos fue necesaria, no creemos que este lo sea en esta hora. Queremos hacer un aporte a la verdad, no tenemos todos los medios ni aparatos propagandístico, tampoco creemos que los necesitamos: Agustín de Hipona decía: “La verdad es como un león, solo dejala suelta y ella se defenderá sola.” Y Carlos Sacheri, con quien siento mucha cercanía por ser él profesor de filosofía, como yo, aunque muerto en aquellos años de sangre dijo: “El marxismo necesita el monopolio exclusivo de la propaganda; la lucha eficaz contra el marxismo comienza a tener éxito cuando uno logra hacer sentir su tímida y pequeña voz individual frente a todos los sonoros altoparlantes de la propaganda marxista. Cuando hay otra campana ya la gente comienza a recuperar su condición de ser racional y comienza a pensar, a no dejarse invadir por los slogans”. No importa si es el marxismo o cualquier otra ideología, la bandera no nos interesa si no es amiga de la verdad.
Buscamos el Bien Común de nuestra Nación, Bien que sabemos convertible con la Verdad, buscamos sí justicia, pero convencidos de una cosa: no es posible la justicia sin verdad. Estamos preocupados y dolidos con tanto oportunismo en el que se irrespeta a las verdaderas víctimas y en el que, faltos de escrúpulos se inventan víctimas y claro, también algunos victimarios. Ante esto predicamos nuestra máxima: “La verdad nos hará libres.” Nos la merecemos todos los argentinos.
Con estos valientes hombres y esta inteligente obra queremos invitarlos a pensar, y también pedirles que recibamos a hombres tan generosos, valientes e inteligentes con un fuerte aplauso.
Estos señores nos honran por su presencia en ocasión de presentar el reciente libro de José Luis D’Angelo, que valga decir: está dando mucho qué hablar. Es un libro polémico, sin embargo eso, y tal vez también un poco a causa de eso, el Centro de Estudios Salta ha querido presentarlo aquí, en la valiente Salta.
Es que es un libro que viene a poner sobre el tapete lo que muchos argentinos quieren saber: ¿qué es lo que realmente se está haciendo con la actual política de Derechos Humanos? Es un sentimiento cada vez más común este que ante cada acto en esa línea nos planta frente a una encrucijada en la que los pensamientos y sentimientos se vuelven ambiguos y encontrados, ¿es realmente todo esto un homenaje a las víctimas? ¿Todo esto es una tribuna dónde se predica la justicia para con las víctimas de tiempos tan convulsos o es más bien una especie de escenario burlesco, teatral, o circense dónde se saca provecho de aquellos que, convencidos, dieron su vida por un ideal? Bien lo plantea el sr. Luis Labraña, conocedor de primera mano de todo esto, podría enseñarnos no solo de los hechos, sino acerca de la manera de cómo leerlos: con la apertura intelectual de quien busca desinteresadamente la verdad, muestra de lo cual es su propia vida. Es ese precisamente el mérito que el sr. Labraña reconoce al sr. D’Angelo: el de la profundidad y la honestidad intelectual, y es un mérito que también nosotros queremos reconocerlo, a D’Angelo y a Labraña, creo personalmente, convicción religiosa aparte, y salvando las distancias que el sr. Labraña es un Agustín de Hipona de nuestro tiempo y nuestro espacio, de aquel que abreva incesantemente en diversas fuentes hasta que finalmente su corazón inquieto descansa en la verdad. Es un proceso, Luis, que esperamos tenga final feliz.
Profundidad y honestidad intelectual es lo que Luis reconoce en José, y también eso reconocemos nosotros: este es un tema muy delicado que hay que tratar con mucho respeto, no se puede abordar superficial ni tontamente, como quien toma un cristal valioso con manos toscas. José no solo demuestra en su obra que tiene el temple de hombre de bien, honesto y desinteresado, sino que además, es un hombre capaz, pues no basta con querer hacer el bien, además es preciso hacerlo, y hacerlo bien.
D’Angelo, y ya termino, ha dado muestra cabal de capacidad intelectual para leer con profundidad y generosidad de miras este tema tan escabroso, su trabajo no es solo acumulativo de datos, tiene además la intuición empática que se requiere en historia para amalgamar los datos sueltos, y en ocasiones ocultos… en las páginas de “Mentiras tus muertos” no solo hay honestidad, hay inteligencia, en sus páginas no solo hay recortes de noticias, en estas páginas desfilan Aristóteles, Tomás de Aquino, Agustín de Hipona, Hegel, Marx, Sun Tzu, Gramsci y Fukuyama, aunque no se los nombre siquiera una vez. Todos bien comprendidos y sintetizados en un libro periodístico e inteligente, al alcance de todo hombre, que como nuestro Luis Labraña tenga la capacidad para degustar una verdad que duele, pero que es preciso abordar, como es preciso que drene la sangre coagulada.
Verdad es lo que buscamos, sin pretendernos dueños de ella, sino más bien buscadores, pero sin intereses espúreos, es por eso que llamamos al diálogo, abrimos al dialogo, que más bien creemos se trata de una trilogía donde tres logos se encuentran: el tuyo, el mío, el de la cosa misma, mi inteligencia y la tuya confluyen en la verdad, siempre y cuando no tenga la voluntad de desviarla.
Muchos son los inconvenientes que se presentan en esta empresa. Lo saben muy bien quienes vinieron con tanta generosidad a visitarnos, MUCHOS SON LOS INCONVENIENTES, pero no venimos a traer la espada, como quien divide, venimos a traer, si me permiten la analogía, una cruz o una alianza que nos una. Otros fueron los tiempos de la espada, y en otros tiempos fue necesaria, no creemos que este lo sea en esta hora. Queremos hacer un aporte a la verdad, no tenemos todos los medios ni aparatos propagandístico, tampoco creemos que los necesitamos: Agustín de Hipona decía: “La verdad es como un león, solo dejala suelta y ella se defenderá sola.” Y Carlos Sacheri, con quien siento mucha cercanía por ser él profesor de filosofía, como yo, aunque muerto en aquellos años de sangre dijo: “El marxismo necesita el monopolio exclusivo de la propaganda; la lucha eficaz contra el marxismo comienza a tener éxito cuando uno logra hacer sentir su tímida y pequeña voz individual frente a todos los sonoros altoparlantes de la propaganda marxista. Cuando hay otra campana ya la gente comienza a recuperar su condición de ser racional y comienza a pensar, a no dejarse invadir por los slogans”. No importa si es el marxismo o cualquier otra ideología, la bandera no nos interesa si no es amiga de la verdad.
Buscamos el Bien Común de nuestra Nación, Bien que sabemos convertible con la Verdad, buscamos sí justicia, pero convencidos de una cosa: no es posible la justicia sin verdad. Estamos preocupados y dolidos con tanto oportunismo en el que se irrespeta a las verdaderas víctimas y en el que, faltos de escrúpulos se inventan víctimas y claro, también algunos victimarios. Ante esto predicamos nuestra máxima: “La verdad nos hará libres.” Nos la merecemos todos los argentinos.
Con estos valientes hombres y esta inteligente obra queremos invitarlos a pensar, y también pedirles que recibamos a hombres tan generosos, valientes e inteligentes con un fuerte aplauso.
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