miércoles, 6 de enero de 2016

TODO LOGRO ES GRACIA
Aunque es cierto que todo logro supone un hacer, del que cada uno es causa, también es cierto, y más aún, que todo hacer supone un ser, que no es nuestro; es lo dado. El Señor les dijo a sus preocupados discípulos: "denles ustedes de comer". Y ellos le dieron, pusieron de su cuota: no solo los cinco de panes y el par de peces -que vistos así son un fracaso-, también pusieron su confianza (que es asentimiento de una inteligencia que no ve, no del todo) y el trabajo; pero el milagro no fue suyo, ni siquiera los peces, aunque los haya pescado, ni el pan, aunque los haya amasado; ni los brazos que han trabajado, nada de eso le pertenece de modo absoluto, porque nada de eso fue, en sentido estricto, obra suya. Los hechos hacen algún derecho, pero nada es absolutamente ganado. ¿Pero si los logros no son estrictamente propios sí los son los fracasos? Tampoco. Aunque nuestra cuota es mayor, pues no hay aquí quien ponga, sino quien saque, el fracaso no es aquí un dado sino un sacado. Es un garabato en un plan arquitectónico, musical. Por eso es más mío, más íntimo, me pertenece con mayor propiedad, pero tampoco de modo absoluto; es que no puedo creer que todo es mi culpa si antes no creo que todo depende de mí; y no, no depende de mí, sino en parte. Es que el hombre es un equilibrista de logros y fracasos, y muere cuando solo pesa un lado. El fracaso es un tanto más mío que de otros -pero un tanto- por eso, y no por vanidad, es que con los fracasos uno debe ser más pudoroso, más "egoísta", y dejarlos drenar cuando y donde sea preciso y medicinal. Solo entonces.
Sopesados ambos, agradecidos, un poquitos dolidos y firmes miramos adelante.
El 2015 fue un año de muchas y muy lindas gracias: un verano con amigos; los amigos, algunos de ellos me llenan de orgullo, otros de dolor, todos de alegría, varios de ellos literalmente héroes, algunos santos, muchos que pueden serlo; algunos paseos, un hermoso viaje familiar, la familia (tan ausente y tan presente), La Escuelita De Manchala, una breve participación en política partidaria, El Centro de Estudios Salta - En Historia, Política y Derechos Humanos con todos y cada uno de sus pasos, la apertura en la sociedad y en los medios de nuestra causa... un terreno "donde caerme muerto", incursiones pro vida, la milicia y sus diez años en Salta, el bautismo de un niño agonizante ¡el casamiento de mi padrino, la hija de mi hermano! un buen año laboral, un par de ofertas buenas e interesantes sobre el tema...y fracasos, muchos y muy míos, alguno más triste que otros. Pero si me preguntan cuál es la foto con la que proyecto el próximo año, es esta:
Luis Labraña, ex montonero, Mariel Fernandez, hija de un policía muerto por la guerrilla. Fue en ocasión de un evento organizado por el Centro de Estudios Salta, en el que José D'Angelo presentaba su inteligente libro sobre los años 70's; y donde algunos grupos ingresaron furibundos a agredirnos, sin mirar niños, mujeres ni ancianos. Horas después, Luis le pedía perdón a Mariel, una mujer que con cinco años vió cómo su padre moría acribillado, y Mariel, siempre dolida, y con una grandeza de ánimo enorme y grandiosa, de madre y de abuela, le regalaba su perdón.
Esto es lo que queremos, lo que perseguimos y ansiamos: el perdón, el abrazo, la reconciliación. Es el momento de drenar las heridas y la sangre envenenada. Nuestra patria lo quiere, nuestros nietos lo necesitan. Basta de odios, de rencores y resentimientos.
En la Parabola del Hijo Pródigo a veces somos el hermano menor, otras el mayor y muy pocas veces el padre que perdona ¿no necesitamos perdonar y sentirnos perdonados?
Que el 2016 nos vea así, perdonados; asumidos los fracasos y ofrecidos, son apenas cinco panes y dos peces... es todo lo que nos queda. Pero es mío, y es hora de entregarlo, para hacer del fracaso un logro, una gracia.
Son la próxima generación... "denle ustedes de comer."


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