martes, 24 de febrero de 2015

CUMPLEAÑOS DEL HÉROE TTE. ESTÉVEZ


¿Cuántos de los lectores no han sentido alguna vez en aquellas mañana soñolientas de colegio que al izar la bandera se le inflama el pecho, y en silencio pero orgulloso secreto jugaban, por esos breves minutos, a ser soldados? ¿Cuántos no han pensado aquella mañana de cuarto grado al jurar la bandera que también podían morir por ella? Son juegos de niños, cuando la sobrehumana naturaleza se halla intacta. Después, en algunos, el alma envejece junto con el cuerpo. Hoy festejo el cumpleaños de quien no dejó de ser ese niño:



El 24 de febrero de 1957 nacía Roberto, ese día doña Julia iba a darle por primera vez  a la patria a a uno de sus hijos diléctos, que con el tiempo será recordado, aunque no lo suficiente, simplemente como el Tte Estévez. Nacía en tierra caliente y colorada; y su madre, Julia, lo iba a entregar por segunda y definitiva vez a la patria un 28 de mayo de 1982, en tierra fría, pero también colorada, teñida con la sangre de su hijo, sellando un pacto de amor en nombre de todos los argentinos, venidos y por venir.

El Tte. Estevez fue militar e infante, y en aquel glorioso 2 de abril le tocó desembarcar para recuperar las Islas Malvinas como parte de las tropas del Regimiento de Infantería Mecanizado 25, destacadísimo Regimiento, entrenado por el Cnel. Seineldín.

De ese Regimiento muchas cosas se han dicho, y tal vez baste solo el mirar la cantidad de medallas que ha merecido en la Guerra, pero valga reproducir el testimonio de dos soldados de F.A.: "nos visitaron  en la base Cóndor una sección del 25. Nos impresionaron por su porte y disciplina, se veían con un alto grado de entrenamiento, bien equipados y altamente motivados."

Una vez recuperadas las Islas el jóven Tte. tuvo la misión, como jefe de la Primera Sección de la Compañía C del RIM 25, de comandar una treintena de hombres para la defensa de Darwin, pues lo mejor de las tropas británicas habían desembarcado en playa San Carlos, con la intención de barrer a las tropas de infanteria argentinas. Allí se dió un desigual duelo mano a mano, encarnizado y extenso (36 horas de combate), el RI 12 se vió ampliamente superado por el poderío de fuego británico, que duplicaba en cantidad de hombres a las tropas argentinas y tenía una capacidad de fuego y de maniobra muy superiores. El Tte. Estévez desplegó a sus hombres y pudo detener la penetración del enemigo al mando del Cnel. británico Jones, un reconocido oficial que perdió la vida frente a las hombres de Estévez. Los británicos estaban inmensamente sorprendidos.
Antes de entrar en combate el Tte se dirigió a su tropa en estos términos escuetos y marciales:
"Soldados, debemos recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad de cada uno y a la preparación militar de que disponen." La calidad humana queda reflejada en la gran cantidad de medallas al Valor que ese Regimiento cosechó durante el conflicto y sobre la preparación militar, alcance con decir que fue llevada a cabo por uno de los hombres más sobresalientes que tuvo el Ejército en esa materia: el Cnel Seineldín. De esa calidad y preparación fue y es paradigma nuestro Tte. que siendo herido en el brazo y una pierna por la metralla enemiga continua alentando y ordenando a sus hombres; incluso tiene tiempo para preocuparse por la salud de uno de sus soldados, tras lo cual es impactado en el rostro por una tercera bala, ahora mortal. El suelo malvinense se riega con la sangre de aquel joven y valiente hombre, que generosamente entregaba su vida por aquel ideal que no se había apagado desde el despertar de la conciencia de aquel niño soñador.

20 años después habrá pasado por su cabeza aquella pregunta: "¿Jurais amar y defender la Bandera Argentina incluso hasta dar la vida por ella?" Y 20 años después su respuesta fue clara, contundente, radical:

"¡SÍ, JURO!"

Sarmiento, 27 de marzo de 1982

Querido Papá:

Cuando recibas esta carta, yo ya estaré rindiendo cuentas de mis
acciones a Dios, Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha
dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión. ¡Pero fijate
vos que misión! ¿No es cierto?

Te acordas cuando era chico y hacia planes, diseñaba vehículos y armas todos destinados a recuperar las Islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía?. Dios, que es un padre generoso ha querido que este su hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.-. Lo único que a todos quiero pedirles es :

1ro) Que restauren una sincera unidad en la familia bajo la cruz de Cristo,
 2) Que me recuerden con alegría; y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza y muy importante
3) Que recen por mí.

Papá, hay cosas que, en un día cualquiera, no se dicen entre hombres
pero que hoy debo decírtelas: gracias por tenerte como modelo de bien
nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tener tu apellido,
gracias por ser católico argentino e hijo de sangre española, gracias
por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es fruto de
ese hogar donde vos sos el pilar.

Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.

Un fuerte abrazo.
Roberto.

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